Imágen del Santísimo Cristo de Sumacàrcer
Según una antigua tradición, la imagen del Santísimo Cristo de la Morera de Sumacàrcer llegó flotando por el río Xúquer en una riada del año 1447, siendo ésta salvada y entregada a los cristianos por un vasallo mudéjar del lugar después de una lucha con otro compañero moro que quiso destruirla. Sabemos que dicha imagen estaba ya en lacapilla del palacio en el 1491 y es a partir del año 1547 cuando comenzó a celebrarse la fiesta del Cristo de la Morera, coincidiendo con el 6 de Agosto, festividad de la Transfiguración del Señor. Es, sin embargo, en los siglos XVII-XVIII cuando, tras sucesivas repoblaciones de cristianos después de la expulsión de los moriscos en 1609, la iglesia de Sumacàrcer, comunidad y edificio, tuvo una importante relevancia en toda la comarca de la Ribera y en el resto del Reino de Valencia. En el año 1936 fue afortunadamente escondida por un devoto para evitar su destrucción y en el 1997 se fundó la cofradía del Santísimo Cristo de Sumacàrcer.
La talla del Cristo de la Morera es uno de los pocos ejemplos del gótico arcaizante popular que existen hoy en la diócesis de Valencia. Se trata de una imagen de autor desconocido para oratorio particular realizada a mediados o finales del siglo XV, a la que los condes de Sumacàrcer colocaron a finales del siglo XVIII una excelente corona de oro con sus armas labradas en ella, obra de taller valenciano. Se encuentra actualmente en una capilla de la Iglesia de San Antonio Abad y San Nicolás de Bari acompañada de una serie de seis medallones ovalados conteniendo frescos alusivos al Cristo. En concreto, estas representan el hallazgo del Cristo y la lucha de los dos moriscos, el traslado de la imagen del Cristo a la parroquia, el Cristo devuelve la vida a Policeno Crespí, hijo de los condes y que había caído desde un balcón, el Cristo impide el crimen de tres malhechores contra un huertano, el Cristo sana a Miguel López que se había roto el espinazo y, finalmente, el Cristo libra a una mujer de Pozo Lorente de un trabucazo que le disparó su marido.
Según nos cuenta el relato de Mosén Pedro Selva, rector de la parroquia de San Antonio Abad i San Nicolás de Bari de Sumacàrcer, en su obra “Relato del hallazgo de la imagen del Santísimo Cristo de Sumacàrcer”, según un escrito del año 1702, podemos extractar lo siguiente:
En la Baronía de Sumacàrcer, del arzobispado y reino de Valencia, en la Ribera del Júcar, lugar del señorío de los Crespí de Valldaura, habitaban dos moriscos. Era uno de ellos gigante y fuerte y el otro pequeño y de poca fuerza, y los dos tenían como oficio fabricar cal. En el año del Señor de 1547, con el ánimo de recoger leña para avivar un horno de cal, bajaron a la huerta del lugar, a la partida conocida como del Franco, junto al río Júcar. Allí, sobre las cristalinas aguas del río, en medio de un remolino, vieron una imagen del Crucificado (un crucifijo), que de inmediato sacaron a la ribera.
Asombrosamente, la imagen que por el río había llegado a Sumacàrcer, permanecía seca e intacta. Apenas los dos moriscos tuvieron el Santo Cristo fuera del agua, comenzó entre ellos una sangrienta lucha. Uno, el más grande, quería quemar la imagen; el otro, el más pequeño, animado por un impulso superior, quería guardar tan preciada reliquia.Igual que David ganó a Goliat y como el Buen Ladrón miró la Cruz de Jesucristo, después de valerosa contienda, ganó el morisco que padecía la debilidad. Con sorprendente prodigio y mientras duró el combate, tanto la imagen del Santo Cristo que los moriscos habían apoyado en una morera, como este árbol tan singular, sudaron sangre en recuerdo de la Pasión verdadera. Con gran alegría y profunda gratitud volvieron al lugar de Sumacàrcer, refiriendo a mosén Crespí de Valldaura, señor de la población, y al resto de los vecinos tan grata noticia. Dispuso el noble caballero que aquella sagrada imagen de la Cruz, que milagrosamente había llegado al lugar, fuera llevada en devota procesión por el rector de la parroquia a la iglesia, colocándola en el altar mayor hasta que la generosidad de los condes de Sumacàrcer le construyó la actual capilla, y mandó que todos los años se celebrara tan grande hallazgo para memoria y devoción de la Santísima Cruz.